A vueltas con las dicotomías.....
Otra vez me he topado con uno de esos cuadritos que enfrentan la escuela prehistórica (a.d. Web 2.0) y la escuela fetén (d.d. Web 2.0). Lo malo del caso es que estos dichosos cuadritos aparecen en la literatura (léase blogosfera, etc..) parece que sesuda de nuestro campo. Y claro, los alumnos lo defienden en clase con fervor, con lo que cuesta que tengan una mente abierta, que ‘piensen’ y que no solamente ‘crean’.
Es sabido que las tonterías repetidas de forma adecuada pueden convertirse en teorías consistentes. Un ejemplo es el caso de lo que recordamos “10% de lo leido, 20% de lo visto, 30% de lo oido, etc, etc” y que está muy bien analizado en el trabajo de Will Thalheimer Will at work learning (@jordi_a nos lo ha recordado en twitter recientemente)
En el caso que me ocupa, es verdad que hablando de perspectivas de futuro: web 2.0, innovación educativa y mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje, podemos encontrar grandes promesas al hablar de las nuevas posibilidades que la red ofrece en el ámbito educativo. Aunque en mi opinión, en muchos casos seguimos en la tradición judeo-cristiana de las profecías mesiánicas.
Es verdad que los entornos de aprendizaje (institucionales, sociales o personales), ofrecen otra fisonomía con la integración de las nuevas aplicaciones de la red, pero eso no quiere decir que vayan a suponer mejoras automáticas en los procesos educativos. Ni lo vamos a lograr renegando de lo que se hace en la escuela, ni acusándola de retrograda, refractaria y a sus profesores como inmovilistas.
Muchos de los aspectos tratados con mis alumnos en estos temas y en los que ahora me encuentro metido por asuntos de investigación, podemos situarlos en la zona de tensión entre la tradición didáctica, de donde podemos lograr sus fundamentos, y la necesidad de adaptarse a la actualidad, lo que supone incorporar cambios metodológicos, en algunos casos, condicionados por las características tecnológicas de los entornos de comunicación donde se desarrolla el proceso didáctico. Pero tan erróneo sería rechazar las aportaciones tecnológicas, como olvidarse de la tradición y el saber pedagógico desarrollado durante el pasado siglo. De ahí lo necesario de ocuparse y de reflexionar sobre ello si pretendemos abordar con sensatez las perspectivas de futuro que la evolución de las TIC van ofreciendo.
Aunque existen muchos elementos de reflexión, quiero referirme aquí a dos de ellos. El primero, que las TIC, por sí solas, no suponen innovación educativa alguna (parece una auténtica perogrullada ¿no?). Multitud de experiencias e investigaciones han mostrado–aunque parece haber quien no se ha enterado- que la utilización de las TIC –pensemos ahora en las aplicaciones de la Web 2.0-, por sí solas, no supone innovación educativa alguna; si entendemos innovación como lo defino en Innovación docente y uso de las TIC en la enseñanza universitaria “una forma creativa de selección, organización y utilización de los recursos humanos y materiales, nueva y propia, que dé como resultado el logro de objetivos previamente marcados. Es decir, que estamos hablando de procesos, que producen mejora, cambios que responden a un proceso planeado, deliberado, sistematizado e intencional; no de simples novedades, de cambios momentáneos ni de propuestas visionarias".
El segundo son las dicotomías escuela vs Internet/redes/web 2.0/etc, que a mi parecer son planteamientos peligrosos desde la perspectiva educativa.
Pienso que resulta imprescindible filtrar críticamente el habitual planteamiento maniqueo que sitúa en un lado las estrategias centradas en el profesor como expositivas, memorísticas, pasivas para el estudiante, fundamentadas en el conductismo, representativas del aula convencional, representativas de la escuela, etc.; y en el otro las estrategias centradas en el alumno presentadas como activas, participativas, constructivistas, representativas de los nuevos entornos tecnológicos. No voy a traer ejemplos, pero lo que hoy podríamos llamar ‘nueva bibliografía’ relacionada presenta numerosos ejemplos de estos planteamientos: comparativas entre características de la enseñanza tradicional y la enseñanza virtual, cuadros donde se contrasta enseñanza expositiva frente a la centrada en el alumno, ensalzando las bondades de una frente a otra (y asociando esta última, claro está, a la llegada de la web 2.0).
Puede que recuerden el libro (quizá sólo título) de Umberto Eco “Apocalípticos e integrados”. Allí se identificaba como apocalípticos a los que auguraban grandes calamidades en la ciencia y la cultura causados por el desarrollo de los medios de comunicación de masas, mientras que los integrados serían los que aceptaban el papel protagonista de estos medios. Parece que ahora se han tornado los papeles y que los tecnófilos se hayan tornado apocalípticos en el sentido de que nos amenazan con que si no estamos con los nuevos medios –pensemos, p.e. en web 2.0– sufriremos toda clase de calamidades.
No parece razonable alinearse con unos planteamientos, que de ser ciertos, hasta ayer mismo toda la enseñanza ha sido dirigista, expositiva, con métodos pasivos, etc.. (que he estado haciendo estos años!) y que fruto de las tecnologías actuales han aparecido métodos nuevos, estrategias didácticas activas, etc..
Todo ello no quita que el tema de la metodología a implementar en los entornos personales de aprendizaje resulte crucial desde la mirada pedagógica, ya que el uso de las TIC supone un desafío que provoca cambios en las situaciones didácticas, en el contexto donde se produce el proceso de enseñanza-aprendizaje. Pero también hay que reconocer que, en general estamos volviendo a conceptos y propuestas que tienen, en algunos casos, una larga tradición (algunos 100 años casi?) y que casi siempre han sido experimentados en distintas situaciones de enseñanza a lo largo del siglo XX.
Intentemos abandonar la disyuntiva y la tiranía del ’o’ para avanzar en la integración y el desafío del ’y’.
2 comentarios
Josemir Maldonado -
carmen beatriz -